4 de febrero, Día Mundial del Cáncer
Los avances para diagnosticar y tratar mejor los tumores más frecuentes en la Argentina
En nuestro país se detectan cada año 130 mil nuevas casos. Casi el 40% se asocia a los tres tipos de mayor incidencia: cáncer de mama, colorrectal y pulmón. Las claves para prevenirlos, cómo hallarlos a tiempo y las últimas novedades en terapias dirigidas y cirugías.
En la Argentina el cáncer tiene un nivel de incidencia medio-alto, si se lo compara con las estadísticas del resto del mundo. Las últimas cifras oficiales, publicadas por el Ministerio de Salud, indican que cada año se detectan 130 mil nuevos tumores –sin contar el cáncer de piel no melamona- y se registran alrededor de 60 mil fallecimientos, por lo que es la segunda causa de muerte en nuestro país detrás de los eventos cardiovasculares. Sin perder de vista lo preocupante de estas cifras, los avances científicos hoy permiten tener un mejor abordaje de estas enfermedades, con un impacto directo en la sobrevida y la calidad de vida de los pacientes.
“El diagnóstico y el tratamiento del cáncer han tenido un avance exponencial en los últimos 10 años. Estamos hablando de un conocimiento minucioso desde su génesis, métodos diagnósticos que acompañan el desarrollo tecnológico, múltiples terapias que accionan en sitios específicos en las células tumorales y fármacos que facilitan al sistema inmunológico erradicar el cáncer.La combinación de este tipo de abordaje terapéutico ha permitido incrementar notablemente la supervivencia de pacientes con tumores avanzados. La investigación en este escenario es continua y revela día a día nuevos blancos terapéuticos”, plantea el doctor Matías Chacón (MN 86697), jefe de Oncología Clínica del Instituto Alexander Fleming (IAF).
En ese sentido, el experto destaca que la inmunoterapia, los anticuerpos conjugados con drogas, los radiofarmacos y las terapias dirigidas han sido claves en el tratamiento del cáncer en la última década, moldeando un futuro mejor para miles de pacientes. Como contrapartida, y por la vasta extensión del nuestro territorio nacional, advierte que es necesario contar con más y mejores datos regionales y locales para poder destinar los recursos apropiados a cada sector de la población.
“Es fundamental comprender que la situación económica golpea a la salud en todas sus aristas. Si bien la tecnología y la farmacología están presentes en Argentina para tratar pacientes con cáncer, es mandatorio desarrollar políticas de prevención y educación en todos los niveles de complejidad para disminuir la incidencia y mortalidad por cáncer en nuestro país. El tabaco, el sedentarismo, el exceso de peso, determinados virus (HPV, HIV entre otros), el alcohol, la exposición a radiación ultra-violeta constituyen los principales hacedores de cáncer. Son factores modificables a través de estrategias sociales y culturales. La educación primaria para evitarlo está en la palma de nuestras manos y no debemos desaprovecharla ya que una sociedad sana no es la que se cura más, sino la que se enferma menos”, plantea el doctor Chacón.
El cáncer de mama, el tumor más frecuente
No todas las enfermedades oncológicas tienen el mismo alcance ni afectan a todos por igual. De hecho, casi el 40% de los casos está asociado a los sólo tres tipos, que son los más frecuentes. El cáncer de mama es desde hace tiempo el de mayor impacto en la población con más de 22 mil nuevas detecciones anuales, casi en su totalidad en mujeres. “Siempre se encontró entre los primeros en todas las estadísticas. No tiene una causa única, por su origen multifactorial. Esto nos demuestra que se debe trabajar mucho más en reconocer y corregir los factores que se asocian con esta patología”, plantea el doctor Francisco Terrier (MP 111140), vicepresidente de la Sociedad Argentina de Mastología (SAM).
La prevención se aborda en dos etapas. “En la primaria, el esfuerzo debe orientarse a la mejora de los hábitos personales. Se resume en mantener un peso adecuado, llevar una dieta sana y equilibrada, no fumar y consumir alcohol en forma moderada. La secundaria se centra en los estudios de control periódicos, a fin de lograr el diagnóstico precoz. La recomendación central es el inicio de la mamografía a partir de los 40 años y mantenerla con una periodicidad anual”, destaca el mastólogo, que trabaja en la Clinica Breast y en el Hospital Italiano de La Plata.
La estrategia de diagnóstico sigue teniendo como principal objetivo la detección precoz a través de estudios de imágenes en etapas iniciales o infraclínicas. En otras palabras: antes de que se palpe el tumor. El doctor Daniel Mysler (MN 72638), jefe del Departamento de Diagnóstico por Imágenes del Instituto Alexander Fleming (IAF), agrega que en las guías 2024 de la National Comprehensive Cancer Network, “se destacan actualizaciones recientes que incluyen, entre otras, un mayor énfasis en la mamografía digital con tomosíntesis, la categorización de la densidad del tejido mamario para recomendar exámenes adicionales como ecografía y recomendaciones de imágenes complementarias actualizadas como la resonancia magnética con contraste en casos seleccionados”.
Una vez detectado un tumor mamario, las perspectivas terapéuticas mejoraron notablemente gracias al mayor conocimiento científico de este tipo de enfermedades y al desarrollo de terapias personalizadas. “Hoy sabemos que el cáncer de mama no es una única enfermedad sino diferentes entidades con diferentes comportamientos y tratamientos. El avance en el conocimiento de la biología molecular de estos tumores nos permite realizar tratamientos mucho más racionales y efectivos”, señala el doctor Jorge Nadal (MN 63490), jefe del Servicio de Oncología Mamaria del IAF.
El oncólogo destaca que los avances en el uso de agentes terapéuticos tienen un impacto positivo en supervivencia global y en calidad de vida de tumores avanzados. También mostraron resultados promisorios en etapas más precoces, cuando el tumor pudo ser extirpado pero existe un riesgo de recurrencia. Y remarca también que el uso de plataformas genómicas hoy brinda información pronóstica y predictiva para el uso de fármacos postoperatorios que permiten reducir considerablemente el número de indicaciones de quimioterapia.
“Por citar algunos de los tratamientos sistémicos médicos no quirúrgicos, es importante destacar el rol de la inmunoterapia en tumores que no expresan receptores hormonales o Her2 (triples negativos). El Atezolizumab y el Pembrolizumab en combinación con quimioterapia han obtenido mejoras sustanciales en cáncer avanzado que expresa un marcador de inmuno sensibilidad como es el PDL-1. También el Pembrolizumab asociado a quimioterapia preoperatoria se ha convertido en un nuevo tratamiento estándar para la mayoría de los tumores triple negativos operables”, ejemplifica. Y remarca que en los tumores hormonodependientes, la aparición de una familia de fármacos inhibidores de kinasas ciclino dependientes (palbociclib, ribociclib y abemaciclib) asociados a agentes hormonales generó una revolución en el abordaje de los tumores metastásicos y un cambio en el paradigma del tratamiento, tanto por la prolongación de la supervivencia como en la calidad de vida.
“Los desafíos son múltiples y complejos. Si bien hay muchos avances e investigaciones, el principal desafío sigue siendo la educación de la población. Los esfuerzos deben continuar desde todos los sectores para que la información y los mejores tratamientos estén disponibles y sean accesibles en tiempo y forma para toda la población”, concluye el doctor Terrier, en el marco del Día Mundial del Cáncer, que se conmemora este 4 de febrero.
Un mal que se puede evitar
El segundo tipo de tumor con mayor incidencia en la Argentina es el cáncer colorrectal, que a diferencia del de mama tiene un impacto más equilibrado entre hombres (53%) y mujeres (47%). Las estadísticas oficiales arrojan que cada año se detectan más de 15 mil casos y que provoca 7.300 fallecimientos, el segundo registro de mortalidad más alto de todas las enfermedades oncológicas en el país.
¿Por qué este tipo de tumores acumula cifras tan altas en nuestra población? La respuesta es, otra vez, multifactorial. “Influyen hábitos higiénico-dietéticos, tal cual lo demuestra la última encuesta nacional de Factores de riesgo para enfermedades crónicas no trasmisibles (ECNT) del año 2019, que muestra una prevalencia de tabaquismo del 22% en promedio, 61,6% de sobrepeso y obesidad y un aumento en el consumo de alcohol del 13,3%. A eso se suma que, por ejemplo, solo un 6% de la población encuestada consume las 5 porciones de frutas o verduras recomendadas, lo cual como sabemos tiene un efecto tipo protector”, explica el doctor Juan Manuel O’Connor (MN 102684), oncólogo clínico y jefe del área de Tumores Gastrointestinales del Instituto Alexander Fleming.
El sedentarismo es otro factor que influye directamente en el incremento del riesgo de contraer cáncer colorrectal, a lo que se suma otro dato preocupante que aporta el doctor O’Connor: sólo el 31,6% de las personas entre 50 y 75 años se realizó alguna de las pruebas recomendadas para detección precoz del cáncer de colon.
La detección a tiempo es, justamente, una herramienta vital. “La concientización de la población en nuestro país consta en hacer una primera videocolonoscopia a partir de los 50 años para personas con riesgo promedio. Una vez hecho el diagnóstico, la tomografía, la resonancia, y en ocasiones la Pet (tomografía por emisión de positrones) son estudios necesarios. A esto se suman análisis generales y marcadores específicos cómo CEA y CA19.9, que deben ser realizados antes de tomar las primeras decisiones terapéuticas”, detalla el doctor Eduardo Huertas (MN 44046), cirujano en Jefe de Tumores Gastrointestinales del IAF.
El doctor O’Connor agrega que es fundamental un trabajo multidisciplinario, en el que confluyen oncólogos, cirujanos, radioterapeutas, imagenólogos, médicos paliativistas y otros especialistas para lograr mejores estrategias diagnósticas y de seguimiento de los pacientes. “Un nuevo protagonista es la microbiota, que se refiere a las comunidades de bacterias que habitan en el intestino, y que tienen influencia en el desarrollo de distintas enfermedades entre ellas el cáncer. Aquí veremos un rol de mayor protagonismo a futuro de los gastroenterólogos, como así también de nutricionistas”, dice.
El especialista apunta que los tratamientos han tenido grandes avances y subraya el rol creciente de la inmunoterapia con resultados muy favorables extendiendo la sobrevida de pacientes con enfermedad avanzada, como así también su mayor uso en etapas más tempranas de la enfermedad.“Se lo utiliza en un grupo de pacientes con características moleculares específicas, aquellos que tienen un déficit en la maquinaria para reparación del material genético, situación que se observa en un porcentaje menor de pacientes. Este último punto nos permite pensar en nuevas terapias blanco específicas, como por ejemplo el uso de los denominados inhibidores de una mutación específica como el BRAF y nuevas combinaciones eficaces en este escenario”.
En cuanto al abordaje quirúrgico del cáncer de colorrectal, el doctor Huertas afirma que sigue siendo el pilar fundamental del tratamiento en los tumores localizados. “La cirugía laparoscópica está hoy claramente establecida con resultados oncológicos similares realizados por cirujanos entrenados. La recuperación es más breve así como el reintegro a la vida cotidiana. En tanto, la cirugía robótica tiene resultados similares con costos francamente superiores, lo que limita su indicación”, explica y suma que la quimioterapia postoperatoria está indicada, en casos determinados, con parte de la medicación oral acompañada de inyecciones cada tres semanas con baja toxicidad.
Ambos expertos coinciden en el rol central que ocupan hoy la prevención, la consulta ante el primer síntoma y acudir a los controles de rutina en los tiempos pautados. La premisa es que el cáncer de colon es un tipo de tumor prevenible; por lo tanto, informarse sobre sus factores de riesgo, mantener una alimentación saludable y hacer actividad física pueden ayudar para reducir su impacto.
El tumor que más muertes produce en Argentina
El cáncer de pulmón es el tercero con mayor incidencia en nuestro país pero el que más muertes provoca, siempre según las cifras oficiales del Ministerio de Salud. Cada año se registran alrededor de 12 mil casos (con una relación de dos a uno entre varones y mujeres) y fallecen casi 9 mil personas por esta patología.
Uno de los interrogantes radica en por qué no se reduce el impacto de esta patología después de años de campañas antitabáquicas, e incluso cuando se percibe una reducción en el hábito de fumar. El doctor Claudio Martin (MN 82958), jefe de Oncología Torácica del IAF, lo explica así: “Las personas empiezan a fumar en la segunda o tercera década de la vida, pero el promedio de edad en que aparece el cáncer de pulmón es de 70 años. Hay un periodo de latencia prolongado entre la disminución del hábito tabáquico y su repercusión en reducción de la mortalidad. Un ejemplo es Uruguay, donde primero se establecieron restricciones severas al tabaquismo. Allí rápidamente observaron una caída de los eventos cardiovasculares, pero no una reducción de la mortalidad por cáncer de pulmón ya que ello impacta mas tardíamente”.
Además existen otros factores de riesgo. En pacientes no fumadores se ha asociado la exposición al radón domiciliario, que es un gas inerte que normalmente está en la corteza terrestre, como una causa vinculada al aumento de la incidencia de cáncer pulmonar. En nuestro país no hay información precisa sobre su presencia en domicilios o ámbitos laborales. “También puede aparecer en pacientes sin factores de riesgo. Un grupo que ha incrementado la frecuencia de presentación de cáncer de pulmón son las mujeres jóvenes que nunca han fumado, pero la causa de este incremento no ha sido aun identificada”, acota el experto del IAF, donde se desarrolla un programa para la detección precoz de la enfermedad.
En aquellos pacientes mayores de 50 años, que fuman o que dejaron de hacerlo en los últimos años, se recomienda hacer una tomografía anual con baja dosis de radiación, ya que permite detectar los tumores de pulmón cuando aun son pequeños y en estos casos la posibilidad de curarse es muy alta.
En cuanto a los tratamientos, el doctor Martin afirma que “han evolucionado fantásticamente en los últimos años, posibilitando que más pacientes se curen o puedan controlar su enfermedad por años, volviéndola crónica.Dos son los campos principales donde se ha avanzado notablemente son: las terapias de precisión y la inmunoterapia”.
Las primeras permiten que cada paciente sea investigado para descubrir cuál es el mecanismo genético que permite crecer y desarrollarse al tumor en su organismo. En casi el 40% de lo pacientes, detalla Martin, estos mecanismos son detectados y con una terapia de precisión dirigida es posible controlar el tumor por tiempo prolongado.
La inmunoterapia, en tanto, permite que las propias defensas del organismo ataquen las células tumorales. Se puede usar sola o asociada a la quimioterapia. “En este ultimo año hubo avances importantes. Hasta ahora usábamos estas medicaciones cuando los tumores ya tenían metástasis. Sin embargo el uso de terapias dirigidas e inmunoterapias han mostrado mejorar los resultados cuando se utilizan antes o después de la cirugía o después de la radioterapia”, agrega.
Ante un nuevo Día Mundial del Cáncer, el experto concluye con un mensaje simple, pero directo. “Aun hoy el 80% de los tumores de pulmón se asocia al habito de fumar. Sin duda alguna, la mejor estrategia para la prevención es no empezar a fumar o buscar ayuda para dejar de hacerlo si ya ha incorporado el hábito. Pero nunca es tarde para dejar de fumar”.