CUATRO HERMANITOS ESPERAN SER ADOPTADOS
Quizás alguno de los lectores de esta nota haya recibido, en los últimos días, el siguiente mensaje por WhatsApp. Decía así:
“Hola, ¿podrán difundir esta historia? Estos niños están bajo la jurisdicción de mi juzgado y si no encuentran familia, van a tener que ser separados… Gracias. Son 4 soles, el mayor fue elegido mejor alumno, compañero y es un crack jugando al fútbol. Si en el mes de marzo no conseguimos una familia, habrá que separarlos. Por favor, les pido que difundan este mensaje. ¡Tal vez se produzca el milagro!”
Arriba del texto, aparecía la leyenda “reenviado muchas veces”. Además, llevaba adjunto un flyer realizado por el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil N° 102 de la Ciudad de Buenos Aires y el Consejo de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes porteño. Allí se describe a cuatro hermanos, de entre 6 y 13 años, que desde hace dos están esperando una familia por medio de la adopción. Como en ese tiempo aún no se logró, se lanzó lo que se conoce como una convocatoria pública, es decir, un llamado abierto a toda la comunidad para encontrarles una.
Respecto a los chicos, en el flyer se describe a Matías (13), el mayor, como “atento y simpático”. Tiene vínculos “sumamente positivos” tanto con otros chicos como con adultos. Le gusta mucho jugar al fútbol y se destaca especialmente en ese deporte. De hecho, participa de un equipo en un club donde lo eligieron como capitán. Además, cursa 7° grado de la primaria y es “un excelente alumno, muy querido por sus compañeros y docentes”.
A Sofía (10) le gusta mucho bailar, escuchar música y participar de juegos donde puede representar distintos personajes. Con respecto a la relación con sus hermanos, Matías es un referente para ella, y a su vez la niña es sumamente protectora de Magalí, que es la más pequeña de los cuatro. Va a 5° grado de primaria, donde tiene “un desempeño muy favorable, destacándose su compromiso con el proceso de aprendizaje”.
Le sigue Teo (8), un niño simpático que “suele estar contento y de buen humor”. La relación con sus hermanos es muy positiva, “en particular se destaca el lazo con su hermano mayor, quien es un referente importante para él, y con quien comparte el gusto por el fútbol”. Cursa 3° grado de la escuela primaria, donde tiene un buen rendimiento y se destaca por su compañerismo. En ese sentido, se subraya su “marcada capacidad para establecer lazos afectivos significativos”.
Magalí (6) es “muy simpática, conversadora, cariñosa y sociable”. Le gustan mucho las actividades plásticas y siempre está muy pendiente de sus hermanos. Con Sofía es con quien tiene el vínculo más cercano. Asiste a salita de 5 y suele ir contenta, con entusiasmo.
Desde el juzgado explican que los cuatro niños y niñas (cuyos nombres fueron cambiados en esta nota para preservar sus identidades) tienen “un buen estado de salud general” y que mantienen “vínculos afectivos muy positivos entre ellos, así como también con los adultos del hogar y de otros espacios de referencia”.
La última oportunidad
De acuerdo a un relevamiento de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de la Nación (Senaf) y Unicef, en el país hay 9.154 chicas y chicos privados de cuidados parentales (es decir, que viven en hogares), de los cuales 2.199 tienen su situación de adoptabilidad decretada. De ellos, el 75% tiene entre 6 y 17 años y más de un 10% presenta algún tipo de discapacidad o problemática de salud permanente.
La realidad de esas niñas, niños y adolescentes contrasta con las expectativas de la inmensa mayoría de los adultos que se anotan para adoptar. Según los últimos datos de la Dirección Nacional del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos, en la Argentina hay 2368 legajos de personas y parejas inscriptas. De ellos, casi el 90% están dispuestas a ahijar a pequeños de hasta tres años y el porcentaje se reduce significativa a medida que la edad aumenta.
De hecho, para adoptar a niños como Matías, de 13 años, hay apenas nueve inscriptos (el 0,38% del total), mientras que solo existe una persona o pareja en todo el registro dispuesta a recibir a cuatro hermanitos o más. Por otro lado, casi el 82% se niega a la posibilidad de adoptar a una niña o niño con discapacidad o problemática de salud.
Por ese motivo, cuando las juezas y los jueces agotan todas las instancias de búsqueda dentro de la red de registros de postulantes a guarda adoptiva, se recurre a las convocatorias públicas, que son llamados abiertos a toda la comunidad para darle respuesta a las infancias y adolescencias que desde hace más tiempo esperan una familia. Eso fue lo que pasó con los cuatro hermanitos de esta historia.
¿Cómo funcionan? Cualquier persona o pareja que esté dispuesta a asumir la enorme responsabilidad de formar una familia junto a los niños, debe comunicarse al mail indicado en cada caso para postularse a la convocatoria, luego de lo cual atraviesan un proceso de selección, con entrevistas y evaluaciones.
“Ya recibimos más de 100 postulaciones”
Solamente en CABA, actualmente hay 45 convocatorias públicas de adopción vigentes, que incluyen a 55 niñas, niños y adolescentes. De ellos, hay 15 que conforman grupos de hermanos. Los 40 restantes son chicas o chicos solos, de los cuales el 90% tiene más de 11 años.
“El gran ‘problema’ de esos chicos y la respuesta a la pregunta de por qué siguen esperando es porque no son niños chiquititos, de primera infancia”, explica Itatí Canido, directora general de Gestión de Políticas y Programas del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de CABA.
¿Por qué entre tantas convocatorias la historia de los cuatro hermanitos de esta nota se hizo tan viral? “Creo que tiene que ver con que lo que surge del texto es que los cuatro piden por favor poder estar juntos, esa es su prioridad y me parece que quien lo lee de alguna manera lo siente”, sostiene Canido.
Y agrega: “Por eso es importante que todos colaboremos en la difusión, recordando que cuando se lanza una convocatoria pública significa que todos los registros de adopción respondieron previamente de forma negativa a la búsqueda”.
Desde que la búsqueda comenzó a difundirse por WhatsApp hasta ayer, se recibieron más de 100 postulaciones de personas y parejas. Sin embargo, la convocatoria (que aunque se hizo viral en los últimos días, se lanzó en diciembre) sigue abierta hasta el 16 de marzo.
“En general les ponemos a las convocatorias un plazo de tres meses, que suele ser razonable para darlas a conocer y que nos lleguen las postulaciones. Después de ese período de recepción, comienza el de evaluación de aquellas que resultan acordes. Mucha gente se conmueve con las historias, pero con eso no alcanza para estar en condiciones de transformarse en una familia para ahijar a cuatro niños”, detalla Canido. “Hay que realizar una evaluación profunda de las condiciones, herramientas y limitaciones de las personas adultas”.
Sobre todo, teniendo en cuenta que muchos de quienes se suelen presentar no están familiarizados con qué implica la adopción. “Muchas personas se acercan con una idea muy romantizada y hay que empezar la conversación desde cero, contarles la historia de los chicos, donde siempre hay sufrimiento y abandono. Es importante tener las herramientas para acompañar la resignificación que estos niños tienen que hacer. Para eso hay que prepararse y estar dispuesto a hacerlo”.
En los casos de convocatorias como esta, donde hay un número significativo de postulantes, ¿qué pasa con el resto de las familias que no son elegidas? Canido explica que, en el caso de aquellas que cumplan con los requisitos y manifiesten interés en adoptar, se las redirecciona a la adopción en general, y con muchas quedan en contacto para futuras búsquedas.
¿Podrían ser separados?
Con respecto a la posibilidad de que, en caso de no encontrar una familia que pueda adoptar a los cuatro juntos, los hermanitos sean separados, Canido sostiene que es algo que suele suceder en estos casos.
“Cada vez que una convocatoria para un grupo numeroso de hermanos no es exitosa, es nuestra obligación pensar en separarlos, porque tiene que primar el derecho de estar en familia y porque además tenemos que poder entender que aunque sea difícil y nos cueste acomodarnos a la idea, no dejan de ser hermanos por no vivir bajo un mismo techo”, señala la funcionaria.
En ese sentido, profundiza: “Es obligación de todos las personas que integramos el Estado y de quienes se acercan a la adopción entender que el vínculo fraterno es inquebrantable. Tenemos grupos de seis hermanos que se fueron en adopción con tres familias distintas y ahora son un familión, y para los cumpleaños, asados, fiestas y distintos momentos, se juntan todos, porque esos niños tienen derecho a estar juntos”.
Sin embargo, la esperanza de los cuatro hermanitos de esta nota, es que eso no ocurra, ya que sueñan con crecer juntos en una misma familia. Ya llevan dos años esperando. “Su situación de adoptabilidad, después de un par de apelaciones, se definió a fines en 2020. Durante todo 2021 se buscó una familia en el registro de postulantes a guarda adoptiva de CABA y de las otras jurisdicciones, después hubo una primera convocatoria pública que no tuvo resultado y aquí estamos ahora”, dice Canido, con la esperanza de que, en este caso, la segunda sea la vencida.
Cómo postularse
Para postularse a la convocatoria de los cuatro hermanitos, los interesados deben escribir un mail con sus datos a convocatoriaspublicas@buenosaires.gob.ar. El número de referencia de la convocatoria es: 0111.
Más información
- Si estás interesado en adoptar, aquí podés encontrar las preguntas frecuentes y los pasos a seguir para anotarte en un registro de postulantes a guarda adoptiva. Además, en la web del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos hay una guía sobre la adopción en la Argentina, servicios en línea y se realizan charlas informativas de forma mensual. Por otro lado, en este link podés conocer el listado de los registros de cada jurisdicción para saber cuál es el que te corresponde.
- Para conocer otras formas de involucrarte con las chicas y los chicos que viven en hogares, hacé click aquí.
FUENTE: DIARIO LA NACIÓN