BOTIN MILLONARIO
Identificaron y ordenaron detener a ladrones que robaron U$S 1.000.000, $ 42 millones y joyas
La policía bonaerense buscaba a cuatro sospechosos acusados de haber protagonizado cuatro atracos ejecutados con el mismo modus operandi en edificios de Mar del Plata; dos de los supuestos delincuentes se entregaron anoche y hoy serán indagados.
MAR DEL PLATA.- Toda excusa servía como parte del plan criminal: ser empleados de la constructora, problemas para abrir la puerta de emergencia y el pedido de ayuda a una vecina mayor para sacarle una foto a la llave. Hasta ese ardid utilizaron para acceder a edificios sin usar la violencia, ingresar en departamentos de víctimas a las que investigaron previamente y a quienes, en cuatro golpes casi calcados, les robaron un millón de dólares en efectivo, otros 42 millones de pesos y joyas también de altísimo valor económico.
Los cuatro integrantes de la banda están identificados y tienen pedido de captura desde anteayer. Dos de ellos, Agustín Suárez y Facundo Carro, se entregaron anoche, asistidos por su abogado defensor, y a media mañana llegaron a sede de tribunales para que el fiscal Fernando Berlingeri, que los indagará por delitos de asociación ilícita para dar estos golpes con extrema precisión y mucha logística. Otros dos siguen prófugos.
Lautaro Resúa, el defensor de los primeros dos detenidos, no anticipó si sus clientes declararían sobre los hechos que se le imputan y anticipó que los otros dos imputados le pidieron asesoramiento antes de ponerse a disposición de la justicia, lo que podría ocurrir en próximas horas.
Como resultado de cinco allanamientos, ejecutados por personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Mar del Plata de la policía bonaerense, se ordenaron secuestros de vehículos –autos, motos, bicicletas–, documentación, dinero, objetos de valor y también prendas, estas últimas de relevancia para cotejo con las imágenes que tienen de los sospechosos en los lugares donde cometieron los delitos que se les imputan.
Tres de los robos se cometieron durante noviembre pasado y un cuarto corresponde a fines de julio, incorporado a la misma causa porque abundaban coincidencias en la modalidad y luego en registros que obran como material probatorio. La mayoría de los damnificados son adultos mayores.
Imágenes de cámaras de seguridad, posteriores escuchas telefónicas y registros de vehículos que se repiten en inmediaciones de los edificios donde cometieron los hechos terminaron por confirmar las identidades, vínculos y en gran medida la operatoria de esta banda, integrada por hombres jóvenes que residen en Mar del Plata.
Las capturas de esas grabaciones permitieron señalar sospechosos. Alguien que vio esas imágenes creyó conocer a uno de ellos y a partir de ese dato se avanzó eslabón por eslabón. “Fuimos a buscar en redes sociales al que se presumía uno de los autores y lo encontramos en fotos con algunos muy parecidos a quienes también teníamos ubicados en escena de los robos”, confirmó Berlingeri.
Las identificaciones ampliaron las posibilidades investigativas y permitieron seguir los pasos de los cuatro supuestos autores, que en buena medida se mostraban con realidades económicas muy venturosas a pesar de su juventud, con gastos importantes en vehículos nuevos y usados e incluso viajes al exterior.
Jugaron un rol importante las cámaras del Centro de Ordenamiento y Monitoreo (COM) del municipio, que aportó registros de movimientos de los delincuentes y en especial de los automotores que utilizaban, a partir de la incorporación de sus chapas patente en el software con el que cuenta esta unidad para la búsqueda de vehículos con pedido de secuestro.
También se reconstruyó su modus operandi, que siempre apuntó a no tomar contacto directo con las víctimas y llegar a sus propiedades cuando estaban de viaje. O con la certeza que participaban de una larga cena, como ocurrió en uno de los cuatro casos.
“Aún no tenemos el dato de cómo accedían a la información para saber que tenían sumas de dinero importante en esas viviendas”, reconoció Berlingeri, sobre un tema que queda por esclarecer y espera aclarar a medida que se logren las detenciones. Por lo pronto, uno de los imputados, con pedido de captura, ya presentó abogado que lo representa.
Tres de las propiedades a las que ingresaron son de zona céntrica y el último de los hechos, que data de comienzos de este año, es en Playa Grande.
Para el ingreso a los edificios siempre utilizaron llaves, tradicionales o electromagnéticas. Desde la fiscalía dan por hecho que se hicieron de originales o copias, para lo cual habrían apelado a inhibidores de alarma para robárselas a las víctimas cuando las dejaban en sus autos. O se las cambiaban por otras, para que notaran el faltante.
Solo en uno de los casos tienen detectado que apelaron a copia de llave metálica mediante fotografía que le hicieron a una original, lograda luego de convencer a una propietaria. Dijeron ser empleados de la constructora del flamante edificio y que tenían que confirmar si esa era la llave que correspondía a esa puerta de servicio.
Berlingeri confirmó que tienen probado que con esa fotografía hicieron una copia en una cerrajería, también ya identificada. Y por eso advierten en la cámara de seguridad del edificio que los delincuentes realizaron varios intentos para abrir esa puerta, ya que la llave no terminaba de funcionar.
Dentro de las viviendas no tuvieron reparos. “Dieron vuelta todo, de punta a punta”, confiaron quienes pudieron ver el escenario que dejaron en cada una de las dependencias, donde revisaron cajón por cajón y rincón por rincón, hasta hacerse de efectivo y otros valores.
La investigación judicial alcanza también al cerrajero que realizó las copias solicitadas por los delincuentes y además a responsables de una compra venta de oro que habrían colaborado en la reducción de alhajas que fueron parte del botín logrado en estos robos.