Confirman la prisión perpetua para un ex -comisario que ejecutó de un tiro a un joven en Lanús
El Tribunal de Casación Penal bonaerense confirmó la pena de prisión perpetua para un excomisario que estuvo prófugo cinco años por el homicidio de Nicolás Vázquez, un joven al que ejecutó de un balazo en el cuello cuando intentó robar una camiseta de fútbol de un local de ropa deportiva del partido de Lanús, en 2013, informaron hoy fuentes judiciales.
La decisión de la Sala V recayó sobre Héctor Alejandro Amarilla (60) por el delito de «homicidio agravado por ser el sujeto activo miembro de las fuerzas policiales abusando de su función y por el empleo de un arma de fuego».
En el fallo de 24 páginas al que Télam tuvo acceso, los jueces Carlos Natiello y María Florencia Budiño confirmaron la sentencia que el año pasado dio el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Lomas de Zamora.
«Amarilla supo ni bien ultimó a Vázquez que había cometido un ilícito, y que en contraposición a lo normado (…) no preservó el lugar del hecho, muy por el contrario, levantó la vaina correspondiente al disparo que efectuó, se llevó la camiseta que sustrajera Vázquez, se ausentó del lugar, regresando más tarde, herido, haciendo entrega de la camiseta, llevándose su arma, para tiempo después entregarla junto a otra con numeración suprimida y plantando una vaina servida percutida por la misma en las proximidades del lugar», explicó Casación.
En su momento, el hombre figuró en la lista de personas más buscadas del Ministerio de Seguridad y por datos sobre su paradero se llegó a ofrecer una recompensa de 500.000 pesos.
Es que Amarilla, quien para la época del hecho se desempeñaba como titular de la seccional segunda de Lanús, estuvo prófugo desde el 25 de septiembre del 2014 y hasta febrero de 2019, mientras pesaba sobre él un pedido de captura nacional e internacional dispuesto por el Juzgado de Garantías 5 del departamento Judicial de Lomas de Zamora.
El crimen de Vázquez (18) fue cometido en septiembre de 2013, aunque la captura del excomisario fue ordenada un año después a pedido del fiscal 8 de Lomas de Zamora, Nicolás Kazewski, quien se hizo cargo de la causa, ya que inicialmente no había sido acusado por el hecho.
El expolicía recién fue apresado el domingo 3 de febrero de 2019 en un domicilio situado en la calle San Martín al 4500, de la localidad del Rafael Calzada, partido de Almirante Brown, al que llegaron efectivos del Comando Unificado de Fuerzas de Recaptura de Evadidos (Cufre) de Gendarmería Nacional, abocados al Programa Buscar, impulsado por la cartera de Seguridad.
Los investigadores sabían que el excomisario había huido a Paraguay, aunque tomaron conocimiento de que una de sus hijas tuvo un bebé y existía la posibilidad que el viniera al país a conocerlo.
Por tal motivo, se montó una vigilancia en un domicilio, en el que finalmente los gendarmes irrumpieron cuando vieron a la esposa y a la hija de Amarilla arribar al lugar.
El hecho por el que fue condenado ocurrió el 25 de septiembre de 2013, alrededor de las 15.30, en 9 de Julio y Oncativo, de Lanús, cuando Vázquez quiso robar una camiseta de fútbol de un local de ropa deportiva y, de acuerdo a la pesquisa, Amarilla -que estaba trabajando allí como empleado de seguridad- lo corrió y lo mató de un tiro en el cuello.
El policía terminó con un balazo en una pierna y dijo en esa oportunidad que Vázquez le había disparado, aunque luego se determinó que él mismo se había herido en un intento de justificar la ejecución del joven.
«La lesión padecida por el encausado es perpendicular a su cuerpo y paralela al piso, lo que no se condice con que fuera producida durante un forcejeo atento a su precisión y a su trayectoria», explicó la Sala V.
Según se determinó en la investigación, Vázquez se había probado varias camisetas y se retiró del local con una de ellas puesta, de la selección de España, sin pagar.
El policía lo persiguió y a 150 metros del lugar lo ejecutó de un disparo en el cuello, pese a que el joven no estaba armado y había arrojado la prenda de vestir sustraída del negocio.
Si bien en un principio un primer fiscal que tuvo a su cargo la investigación creyó la versión del entonces comisario, con la incorporación de distintos peritajes balísticos y el cambio del fiscal (Kazewski se hizo cargo del expediente un año después del hecho), el jefe policial pasó de ser víctima a acusado.
«(El acusado) actuó con la intención de dañar, en contra de las obligaciones que le habían sido impuestas como funcionario policial y que ante la falta de agresión por parte de Vázquez quien blandía sus manos abiertas y levantadas, momento en el que recibió el disparo, sumado a la zona vital en la que le disparó Amarilla, hombre avezado en su función dada su antigüedad en la fuerza y su edad al momento de los hechos, circunstancias estas que no fuero controvertidas, a lo que se suma el tipo de proyectil utilizado, no deja lugar a dudas el dolo homicida del imputado y la violación de los mandatos conferidos por ley», concluyeron los jueces de la Sala V.