Quilmes: falleció Nicolás Barrionuevo, ex funcionario del Barba Gutiérrez

Nicolás Barrionuevo fue un obrero ejemplar, de aquellos cuya conciencia de clase lo llevó a ser protagonista de la historia. Después de participar del Cordobazo, militó en esta zona, fue víctima de la dictadura, vio a caer a sus compañeros. Acompañó al Barba Gutiérrez en democracia; fue funcionario municipal, al igual que su hijo Jorge. Nunca dejó de soñar con una patria justa, libre y soberana, a la que le dedicó sus mejores esfuerzos.

Sus restos serán despedidos este martes 22 de agosto, en 12 de Octubre y 395.

Nicolás Barrionuevo nacido el 30 de noviembre de 1934 en Oncativo, Córdoba. Como delegado en la Comisión Interna de IKA Renault fue activo protagonista del Cordobazo. Debió irse a Mendoza antes del Viborazo (15 de marzo de 1971). Tuvo un breve paso por Los Angeles (EE.UU.), donde nació una de sus cinco criaturas. Regresó en agosto de 1971 a vivir a Lanús. Mientras trabajaba en Bellucci, de Sarandí, el 6 de enero de 1972 se mudó a Quilmes.

Ese año, en esta ciudad, hacía su ingreso a la vida laboral otro protagonista fundamental de la década que terminaría de modelar la historia argentina: Francisco Barba Gutiérrez, de apenas 20 años, operario en la fábrica de termotanques SAIAR. Allí habrán de encontrarse cuando Nicolás ingrese; venía de fabricar armas en la Hispano Francesa.

Desde enero de 1974, en Saiar, fue muy aprovechada su experiencia del Cordobazo. Pasó a militar en la Juventud Trabajadora Peronista (JTP), que sería la rama gremial de Montoneros, contrapuesta a la Juventud Sindical (JSP) asentada en la centro derecha.

Vivió esas contradicciones desde la primera fila laboral que lo tuvo marchando hacia la plaza imberbe del 1° de mayo de 1974, cuando el presidente por el que habían luchado para que regresase del exilio, les lanzó su anatema.

Los de la JSP coreaban “conformes, mi General” en micros que salieron desde la CGT Quilmes con José Rivela y Dante Balcanera, delegado del Ministerio de Trabajo en el primer día del trabajador con Juan D. Perón en el gobierno.

Mientras, en la opuesta plaza de la JP, el Barba; Barrionuevo y otros de SAIAR compartían con los trabajadores de Rigolleau; Cattorini y Policlínico del Vidrio las banderas de JTP. La Negrita de Itatí, frente a Rulo Schiavo, se ponía la remera recibida de su responsable; cada una, con una letra.

De quienes participaron en esas luchas, sólo un par fue convocado al aparato armado de Montoneros: El Barba y el Coro Argentino Cabral.

El más joven fue el primero en caer. Bajo el frío de la primera semana de agosto de 1975, los compañeros de JTP salieron a hacer pintadas por su liberación (Una de ellas, en Quilmes Oeste, permaneció durante tres décadas). Conversaban:

–Ahora que cayó el Barba hay que estar más unidos que nunca.

–Justo cuando estamos discutiendo el Convenio. No ha de ser casual; aunque lo hayan encontrado enfierrado.

–No sabemos, pero por ahí es preferible que lo agarrara la cana, y no que la Triple A lo tumbara ahí no más.

La apreciación de Nicolás Barrionuevo dejó pensativos a un Tupamaro y a Marco Alegría, del MIR chileno.

Gutiérrez quedará preso por largos años.

Hacia marzo de 1976, Montoneros lanzó su 3ª campaña militar. Paralelo a ello, el lunes 8 de marzo, asambleas en Chrysler Monte Chingolo y en Peugeot se declararon en estado de alerta. El miércoles, en SAIAR, Barrionuevo con Héctor Pérez, Varela, Alegría, Argentino Coro Cabral, Ladilla Cande Padrós, José Ferreyra, La Potranca Arasanchuk y Luis Jaramillo votaron “quite de colaboración y renuncia de la Martínez” [Isabelita].

Días después, con el Golpe, en tanto delegado de la Comisión Interna, será sacado de la empresa (rodeada por un ‘manto verde’ de militares) en la semana santa de abril de 1976 junto con Coro Cabral; Varela; el chileno Alegría; Ladilla Cande Padrós y La Potranca Arasanchuk (luego, pastor evangelista). Estuvo desaparecido en Quilmes 1ª, casi una semana; fue llevado a Temperley. A los veinte días fue liberado. Participó en un piquete frente a la fábrica La Lamparita. Menos de un mes después, le rompieron el departamento que le habían hecho construir (con el reclamo iniciado en 1972) a SAIAR, en Urquiza y Corrientes. Fue chupado de noche, al igual que Alegría y Cabral. Todos picaneados, serán legalizados mucho después, detenidos hasta el final de la dictadura. En la Unidad 9 conocerá a los hermanos Graiver. Veía a sus hijos en las visitas llevados por Nilda Gutiérrez. Tres compañeros de Saiar (ninguno de la CI): el chileno Luis Sapo Jaramillo (de Berazategui), Héctor Pérez (29 de noviembre de 1976) y José Ferreyra (12 de abril de 1978) fueron desaparecidos.

Cuando los restos de Jaramillo fueron hallados en una fosa común en Avellaneda, hacia 1990, fue Barrionuevo el encargado de llevar su urna hasta Quilmes; lo hizo sin dejar de llorar en todo el trayecto. De ese recorrido dio cuenta el periodista Horacio Verbitsky en una nota del diario Página/12 que fue compilada en el libro Hemisferio Derecho.

Ya en el siglo XXI, el arribo del kirchnerismo lo halló militanto en el Movimiento Peronista Auténtico (MPA).

Barrionuevo acompañó al Barba y, desde diciembre de 2007, cuando llegaron a la Intendencia, fue funcionario municipal en el área de ONG o Entidades de Bien Público. En esa gestión, su hijo Jorge fue director de Alumbrado Público y Coro Cabral estuvo en Derechos Humanos, con Lilia Mannuwall.

Luego del intermedio del PRO, la gestión de Mayra Mendoza ya no lo tuvo cerca. Se sintió olvidado. Igual, siguió con la militancia política, aunque lejos de la Municipalidad. Una de sus participaciones públicas con la visita del sindicalista Julio Insfrán.

Jorge relató a este CIQ los últimos días de su padre:

Lo habíamos hecho operar de una rodilla; de la que quedó bien. Ibamos a hacerlo operar de la otra pero, esta vez, los nervios le subieron la presión; eso provocó un acv y terminó con un derrame cerebral. El domingo pasado se iba a votar. Era mi compañero, siempre fuimos muy pegados…

Le faltaban tres meses para cumplir los 89. Y quién sabe cuántos meses o días para recibir algún diploma que plasmara lo que el peronismo, o los sectores populares, le debemos al hombre que compartió sin estridencias su legado con las nuevas generaciones.

Sus restos serán despedidos este martes 22 de agosto, en 12 de Octubre y 395.

Fuente: Centro Informativo Quilmes gentileza Alberto Moya

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