PRÁCTICA DE LA SELECCIÓN
Si alguien pretendía conocer de qué se trata una final de la Copa del Mundo, sólo hace falta pararse desde la cancha donde se entrenan los jugadores de la selección argentina para ver la infinidad de cámaras e invitados que presenciaron uno de los últimos entrenamientos del equipo nacional en la Universidad de Qatar. Y en ese contexto, en el que todos vinieron a ver a Lionel Messi y toda la armada celeste y blanca, el entrenador Lionel Scaloni apeló a su mejor repertorio y escondió todas las cartas. Sólo algunos titulares, pero a un costado, en zapatillas, sin esfuerzos, sin señales de qué puede ofrecer para la última y más importante función del Mundial Qatar 2022.
No iba a cambiar en esta oportunidad el entrenador del conjunto nacional. Ni las casi mil personas iban a provocar que Scaloni salga de sus estrategias. Ni tampoco los empleados de la Universidad que invitó la AFA iban a conmover al DT. En toda esta aventura mundialista en esta ciudad siempre jugó al misterio con sus ideas acerca de una formación titular, en esta oportunidad no sólo que mantuvo esa idea, sino que ni permitió que se vea al capitán, Lionel Messi, así como sucedió en la primera práctica que realizó la selección en este predio, antes del debut con Arabia Saudita.
El escenario estaba preparado como siempre, los aspersores se encendieron a la hora programada, los futbolistas fueron saliendo casi con la misma puntualidad y también se respetó el hermetismo. Fue claro cuando se enojó porque se filtró información que podía suponer una ventaja para Países Bajos, en esta oportunidad, en la final del Mundial, Scaloni no se iba a permitir de ninguna manera darle ni la más mínima pista a Francia.
Entonces, las preguntas acerca de qué piensa el entrenador tácticamente ofrecer para la final, será, como siempre, un auténtico acertijo que dejará abierto, muy posiblemente, hasta un par de horas antes del duelo táctico con Didier Deschamps. Por eso no dejará saber si regresará a disponer una línea de cinco hombres en la defensa o si le dará la chance de Ángel Di María de jugar desde el arranque. El rosarino fue el único de sus piezas más importantes que salió a trabajar con los que habitualmente no son titulares y se movió sin problemas.
Lo máximo que permitió ver, fue a un grupo de sus jugadores Nahuel Molina, Nicolás Otamendi, Leandro Paredes, Julián Álvarez, Cristian Romero, Enzo Fernández, Nicolás Tagliafico, pero todos al margen de las actividades dispuestas para la práctica, charlando entre ellos. El resto, Messi y Rodrigo De Paul se quedaron en el gimnasio. La presencia que sorprendió y que estaba vestido con la misma indumentaria que los jugadores y que se confundía entre ellos, era Sergio Kun Agüero, justo en la jornada en la que se cumple un año de su retiro del fútbol.
Todo fue muy tranquilo, no planificó una práctica para exigir a sus soldados más frecuentes. Incluso, Otamendi hasta posteó en su redes sociales un video en el que se lo pudo ver a Kun Agüero moviéndose un poco, como se se tratase de un integrante más del plantel. Aunque en realidad sí lo es, ya que todos se comportan con él de la misma manera cuando el delantero era parte del día a día de la delegación.
La primera práctica táctica será justamente bajo las condiciones que mejor hacen sentir al entrenador de la selección argentina: con la Universidad de Qatar completamente cerrada, sin cámaras ni nadie que pueda sacar conclusiones acerca de qué piensa hacer para contrarrestar a Mbappé ni qué plan tiene para lastimar a Francia. Entonces, allí sí podrá probar si la posibilidad de volver a jugar con Lisando Martínez es la mejor opción para un rival que suele ser utilizar mucho las bandas para romper con la oposición que tiene enfrente.
Mientras tanto, Scaloni se sumerge en su mundo, no muestra sus cartas, le encanta que sea así, prefiere ocupar su atención en elegir el mejor plan para alcanzar el objetivo máximo y nada ni nadie va a cambiar esa lógica que lo trajo hasta aquí.
Con la camiseta titular
En medio del hermetismo del entrenamiento, una noticia optimista: la Argentina jugará la final del domingo ante Francia con la camiseta titular, la celeste y blanca a rayas verticales. Además, los pantalones serán blancos al igual que las medias, como ocurrió en los dos últimos partidos ante Países Bajos y Croacia. Justamente con la casaca tradicional, el conjunto nacional se consagró campeón mundial en Argentina ‘78 y México ‘86, los dos hitos inolvidables de nuestro país en citas mundiales, ante Holanda y Alemania respectivamente. Además, la rayada celeste y blanca se usó en el primer Mundial de la historia, en Uruguay ‘30, en donde se registró una derrota ante los locales por 4 a 2.
En tanto, la Argentina cayó en finales las dos veces que lució la camiseta suplente, tanto en la definición ante Alemania en Italia ‘90 como frente a los germanos en Brasil 2014.
Fuente: La Nación