Una Luz para el Camino

San Alberto Magno. Un anhelo se logró espléndido ( Lc 19, 1-10). En la primera lectura de hoy dice que «estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos»…Lo que leemos, vemos como realización en la vida de Zaqueo, el público y pecador según los judíos puritanos…¿Ha sido una pura coincidencia que Jesús miró al hombre subido al árbol? No es una casualidad. Jesús conoce nuestro deseo y pensamiento. Por eso ya sabía cuál fue el deseo Zaqueo y lo concreta. Es decir lo que Zaqueo deseó Jesús lo concreta…Si tenemos un poco de tiempo para Jesús y por su Reino, Él tiene mucho tiempo para nosotros. Ojalá que lo comprendamos en medio de nuestros muchos quehaceres y demasiadas preocupaciones…De igual forma, Jesús sigue esperando a entrar en nuestras casa y almas para permanecer allí.

Por Saju SVD (Reflexión Bíblica)

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