Una luz para el camino

Jesús se lamenta (Lc 19, 41-44) por el cierre del corazón de la ciudad de Jerusalén y los de sus paisanos. Jesús se detiene un momento y llora por el destino de la ciudad, provocado por su incapacidad de discernir los caminos de Dios…Son muchos los que siguen rechazando el mensaje de paz que Él nos trae…Como la gente de aquel tiempo, muchos de nosotros también estaríamos demasiado ocupados…
No solo las grandes guerras, como la que vemos en Ucrania y se dan en nuestra vida cuando el odio, el desamor, o el rencor, manifiestan no haber acogido su mensaje con generosidad…El Dios verdadero sale a nuestro encuentro con la “desarmante” mansedumbre del amor» Benedicto XVI.

Reflexión bíblica del padre SAJU SVD (17-11-22)

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